domingo, 19 de abril de 2009

AMIGOS GRANDES


-¡Guillermo, pasa ya a la casa que son las dos de la mañana!
-Ya voy
-Que tus amigos sean unos lechuzeros(1) no quiere decir que tú tambien lo vas a ser.

Uno de los recuerdo más vívidos en mi memoria es este. Mamá siempre me recriminaba a causa de que a altas horas de la noche yo permanecía fuera conversando, riendo, hablando, viviendo...escuchando las historias que mis amigos mayores me contaban; historias de ultratumba, historias de amores y desamores, historias de discoteca, de música, playa, sábados por la noche, historias graciosas y anecdóticas. Nada de esto molestaba a mamá, a no ser por el pequeño detalle de que estas-las conversaciones- se extendían largas horas, y no pocas veces nos sorprendía el trinar de algún pajaro impertinente que cantaba el amancer. El hecho de que estas conversaciones se extendieran tanto era un problema solo para mí, y que es-y esta habría de ser una constante en mi vida- todos mis amigos, casi sin excepción, me superaban en edad. Algunos solo un par de años; otros más, unos cinco o seis; una década, en fin... a mí me parecía fascinante poder aprender de ellos y reirme con sus historias mil. Este hecho debe haber marcado tanto mi vida que a lo largo de ella siempre he tendido a llevarme mejor con gente que me aventaja en varios años. Incluso algunos de los que considero mis mejores amigos ya pintan canas, algo incomprendido por algunos, lo sé... y no me importa.


Los años han comenzado a pasar y a pesar, y lo que parecía toda una aventura hoy se torna medio lúgubre. Ocurre que cuando tienes amigos grandes estos suelen ser una gran compañía y un gran gancho que te permite conocer el infinito antes que cualquier chico de tu edad; sin embargo, el correr de los años voltea la tortilla de una manera, yo diría irremediable.

Hoy aquellos buenos amigos que tengo y que hice en el barrio y en otros lugares(2) ya forman partes de otros caminos. Algunos han formado hogares o piensan formarlos, otros tienen hijos, hay aquellos que han decidido partir fuera del país, los hay de los que ya tienen nietos y ocupaciones muchas, los que se han dejado ganar por la rutina del trabajo, por las presiones económicas o por algunas dolencias físicas, olvidando que el remedio está a vista y paciencia de uno. Incluso los hay aquellos que ya no me recuerdan, ni me llaman pese a que yo intento mantener una comunicación. Con cada uno de ellos me unía un vinculo único y muy especial. Con algunos era la música, con otros el amor al cine o a los libros, había algunos con los que Dios era el centro, y por supuesto, aquellos con los que no había que decir mucho, simplemente gozar de su compañía y su sabiduría.

No es que no me quieran o no les importe, será que simplemente las cosas son así, que uno va olvidando a las personas que pasaron por nuestra vida y que suele recordarlas en un encuentro ocasional que termina siempre con un frustrado Nos estamos hablamos.

De todo esto he venido a caer en cuenta hace poco, cuando al llegar la noche (y varias noches) y buscando algo qué hacer encontré mi agenda totalmente vacía.

Quizás sea hora de buscar nuevos horizontes, será bastante difícil para mí: hacer nuevos amigos siempre me ha sido complicado, soy muy lento para eso. De repente va siendo hora de abrir otros círculos, de poner el corazón más duro y olvidarme de tonterías. Quizás es hora de olvidar a mis amigos grandes, que eran también mis grandes amigos.


Quizás va llegando hora de ... qué se yo.


(1) Neologismo bastante antiguo que usaba mamá para referirse a aquellas personas que, a semejanza de las lechuzas prefieren la oscuridad de la noche, a la claridad diurna.
(2) Dícese de aquellos lugares en los que forjé grandes amistades que van siendo diluidas por el correr del tiempo

3 comentarios:

Rous dijo...

ajá! lechuzeros eh? me encanta como suena!

Un chico de Lima dijo...

manya... yo nunca había escuchado la expresión lechuzero y suena bonito!

de hecho que con el paso del tiempo las personas van labrando su propio camino y es por eso que algunos deciden expandir sus horizontes y viajar a otros lados... a veces da un poco de pena pero es la verdad.

Rulos dijo...

Rous: Usa el termino a tu antojo
Javier: Gracias por tu sinceridad, en verdad gracias