jueves, 31 de diciembre de 2009

y colorín colorado...


este cuento se ha terminado...


Feliz 2010!!!!!!!!!!!!!!!

domingo, 27 de diciembre de 2009

EL CORRECAMINOS ABOLIDO...y feliz Navidad


El año empieza a terminarse. En realidad, se estÁ terminando desde aquel ya lejano 01 de enero del 2009, solo que entonces no nos lo parecÍa. Hoy, que por todos lados la gente nos demanda resultados, análisis de lo que hemos hecho, regalos y reafirmaciones de compromiso, el final se vuelve algo más palpable, más cercano, más nuestro., nos interpele con mayor fuerza. En realidad no es así. Este año se viene acabando desde que empezó, y lo mismo ocurrirá con el próximo; a cada paso nos acercaremos a su ocaso.

Siempre que llega el mes de diciembre, aparece en mí una suerte de neurosis. Lo más extraño de esto, es que suelo disfrutarla. Me gozo en los cada vez más numerosos intercambios de regalos, las mesas navideñas, los demandantes regalos, los saludos a la gente a la que solo por estas fechas uno ve, y mil y un rollos más de este tipo. Será que este año he tenido la sensación de estar siempre corriendo tras el reloj, que las fechas navideñas, me han parecido más agobiantes que de costumbre. Veo por todo lado gente yendo y viniendo; corriendo para ganarle a sabe Dios qué-bip bip- , he sentido los anuncios publicitarios más agresivos que otros años, incitándonos a querer lo que no necesitamos y a comprar lo que ya tenemos, o tuvimos y -bip bip- botamos; el tráfico se ha vuelto más caótico, con gente yendo a donde no tiene que ir, tomando más taxis que los que puede pagar, gastando más gasolina que aquella que necesitan; los centros comerciales volviéndose el templo principal donde la gente acude a rendirle pleitesía al Dios Dinero, y a nuestras hadas madrinas, las gratificaciones. Los niños y -qué pena- los adutos abarrotando los mercados y supermercados para-bip bip- llevarse la mejor ensalada en Nochebuena. Los centros laborales son otra historia. Cada uno decide empezar a evaluar lo hecho durante el año. Las metas no logradas se vuelven nuestro peor Grinch que -bip bip- nos saca la lengua y nos trae el arbolito de Navidad abajo.

Sin embargo, llego a mi casa, entro en mi dormitorio, cierro la puerta y caigo en la cuenta de una verdad invisble a los ojos que solo ven lo que está delante de ellos, una realidad imposible de sentir a lo que solo piensan en metas, en números, en cantidades: la verdadera Navidad es la que se vive dentro de mí.

Cierro los ojos y, solo, empiezo mi oración, y me doy cuenta que estoy a solas con Dios, que ya no hay más carreras que ganar, ni regalos que comprar, ni metas que lograr, ni tiendas que invadir, ni amigos secretos, ni pavos, ni tráfico, ni histeria, ni neurosis. Todos mis correcaminos han desaparecido. En el interior de mí mismo, Dios nace, se acerca...y se prepara para crecer. Ese es el milagro más bello: el Dios que se acerca a nosotros.

PD. FELIZ NAVIDAD.

jueves, 24 de septiembre de 2009

MELODIA ONIRICA


Hace algunas semanas tuve un sueño extraño, diferente. Estaba con un grupo de amigos en una especie de salón de ensayos. Todos cantábamos una canción, aunque en el fondo sentía que el que la cantaba más fuerte era yo- por algo era mi sueño. La canción era particularmente melódica, contaba con varias estrofas y el estribillo era muy simpático. Recuerdo con claridad el tema de la canción, pero he decidido en este relato guardarme ese detalle. Solo puedo decir que era un tema muy importante para este seudo escriba.


Al despertar, tenía la canción en la punta de la lengua. La tarareé o tararié( o como miércoles sea) , y me hacía sentir muy bien; más aun teniendo en cuenta que nunca la había escuchado, ni menos cantado. Era algo así como una inspiración divina. Durante la mañana, la tuve en la cabeza. Le daba vueltas tratando de recordar las estrofas, pero era imposible. Así las cosas, decidí contentarme con tener al menos el estribillo, seguro de que podría agregarle las estrofas que quería.


Las horas fueron corriendo. Al promediar las tres de la tarde, quise volver a cantar la canción, pero no recordaba el tonito. Tuve que hacer un esfuerzo para tenerla conmigo.


Al llegar casa, ya de muy noche, me apenaba tener que hacer grandes esfuerzos para que no se me escape. Cada vez era más difícil.


Con el correr de los días, la canción prácticamente quedó olvidada, y mi intento de ponerle estrofas solo se volvió un proyecto frustado. Sin embargo hoy por aquellos extraños mecanismos y reacciones químicas de la mente, logré recordar la canción nuevamente y la apunté en un papel, para que nunca más se vaya de mi lado.


Ahora yo me pregunto y me respondo. ¿No será eso lo que le pasa a mucha gente? Cuando son muy jóvenes escuchan su canción, y la reconocen como tal. La pueden tararear. Les gusta, los hace felices, pero los problemas del día a día los agobian de tal manera que olvidan para siempre la letra. Cae la noche y ya no la recuerdan: los años han pasado. Ya no hay vuelta atrás.


Hoy creo firmemente que todos tenemos una canción; que unos nos decidimos a cantarla, mientras otros solo escuchan canciones ajenas y suspiran por haber abandonado las propias.


Hoy deseo seguir esuchando mi canción, y saber que, aunque otros se decidan a cantarla conmigo es, al fin y al cabo, solo mía.

jueves, 3 de septiembre de 2009

HASTA LA VISTA, BABY


Es momento de que te vayas. Se acabó. No más. Puedo sentir un poco de libertad en el alma y decir con todas sus letras un por fin redimido. Hasta la vista, adiós y espero no verte más, que el destino nunca nos vuelva a cruzar. Es cierto, me alegro de que haya llegado la hora de tu partida. Hicisite sufrir a mucha gente, pero todo regresó hacia ti con mucha más fuerza. Qué bueno. Al final te quedaste sola, envuelta en toda tu mentira, rodeada de nadie...

No te deseo mal, no me malentiendas. Al contrario, espero que te vaya bien. Aunque lo dudo. Al final, las personas como tú terminan solas y tristes porque no siembran amistades verdaderas, porque nunca son, porque viven odiando y criticando la labor de otros, muertos de envidia de aquellos que nos decidimos a vivir.

Así que chau, nada más simple. No es momento de un abrazo ni un beso. No tendría sentido. En el fondo sabes que estás dejando escombros tras de ti, pero los que quedamos podemos reconstruirlo, lejos de ti, de tu murmuraciones, de tu hipocresía, de tu cuchillo, de tu látigo, de tu oscuridad más siniestra.

Todos , y entérate bien, todos celebramos que te estés yendo. No por ti. Por mí, por nosotros.

Podemos, queremos y debemos sentirnos así. Es nuestro derecho. Y lo vamos ejercer, claro que sí...lo vamos a ejercer...

domingo, 9 de agosto de 2009

ON/OFF


...apareces

y des apareces

dejando un hueco encendido

entre la a y la s (*)


(*) fragmento de poema de Jorge Eduardo Eielson.
"Escultura de palabras para una plaza de roma"
en "Habitación en Roma"

domingo, 2 de agosto de 2009

miércoles, 24 de junio de 2009

I LOVE PIXAR


Una de mis grandes pasiones es viajar. Viajar en el sentido más amplio del término. No me refiero solo a subirse a un avión e irse al otro lado del mundo, o recorrer el país en moto o bus, maravillándome con todo lo que nuestro suelo ofrece-lo cual por supuesto es alucinante- , sino también a los viajes que podemos hacer con nuestra mente, nuestro espíritu y nuestra imaginación. Es por ello mismo que me gusta el teatro, la música, la literatura, porque todo ello es un viaje maravilloso a otra dimensión, a otra vida que no nos tocó vivir, a otra sensibilidad, a otras formas de ver el mundo y de vernos a nosotros mismos. Dentro de aquellos caminos que me conducen al viaje está, sin duda, el cine.
Hace unos pocos dias fui a ver una pelicula x, pero para variar no había disponibilidad para los horarios que yo quería. La persona que me acompañaba sugirió entrar a ver una película animada que le habían recomendado. Es aquí donde empieza mi confesión: siempre entro a regañadientes a ver dibujos animados...y siempre salgo peor que un niño embelasado con algodón en mano y globo de helio en la otra; en otras palabras, salgo hecho un huevón.
Sé que ello es contradictorio a mi discurso de vida: no te achicopales, bueno pero no te enojes, tomatelo con soda, etc. Pero así soy pes, qué le vamos a hacer: contradictorio.
Y miren la combinación perfecta: cine + pela animada en 3D + pela cuyo argumento estaba centrado en un viaje = fascinación total.
A esta altura ya se imaginarán que la pela que fui a ver fue UP, UNA AVENTURA DE ALTURA. La película es un derroche de creatividad, de estilo, de estética, un manantial inacabable de ternura, risa, esperanza, alegría y sabiduría.
No contaré el final, pues malograría el descubrimiento que de ella tiene que hacer cada uno, pero sí digo que nos deja a todos una gran enseñanza: emprende el viaje!!!No importa que ya estés viejo, que no tengas fuerzas, que estés cansado. Siempre hay tiempo.
Recomiendo vivamente a todos los niños que juegan conmigo en este blog a ir a verla y a quedar embelesados como quedé yo, por saber una vez más que estaba en lo correcto: solo tenemos esta vida para emprender el mejor viaje de todos, el que conduce hacia adentro.

miércoles, 17 de junio de 2009

Hoy

Hoy mi vida tuvo un matiz diferente. Se llenó de color, de creatividad, de plenitud...y todo me lo dio una canción.
Ya no deseo hablar del miedo que tengo de que ese proyecto no salga, ni de mi jefe y su genio de mierda, ni del jodido dolor de rodilla que me acompaña hace días,ni de nada...
Solo deseo cantar, y dejarme encantar por la magia y la letra de aquella canción que me llenó de alegría, de optimismo, que me desahuevó y me animó a mirar el horizonte sin miedo...
Hoy mande al más lejano de los infiernos a mi peor miedo...

Hoy, hoy, hoy la alegría es mucha. Hoy no tengo más que decir...y está bien...
Hoy solo es hoy...

domingo, 7 de junio de 2009

PORVENIR


Hay un río fluyendo muy fuertemente en este momento,
es tan grande y rápido que habrá quienes le tendrán miedo.
Ellos tratarán de aferrarse a la orilla,
sentirán que son desgarrados y sufrirán mucho
Sabed que el río tiene su destino
Los ancianos dicen que hay que despegarse de la orilla
y abrirse paso hacia el medio del río
manteniendo los ojos abiertos y la cabeza por encima del agua.
Y yo digo, ved quién més esté allí y celebrad juntos.
Este es un tiempo en que nada debe tomarse en forma personal,
y mucho menos a nosotros mismos
pues tan pronto como lo hagamos nuestro crecimiento espiritual y viaje cesarán.
El tiempo del lobo solitario se acabó
¡Júntense!
Eliminen la palabra "lucha" de su actitud y vocabulario.
Todo lo que hagamos debe ser hecho en una manera sagrada
y en celebración
Somos quienes hemos estado esperando.


Oraibi, Nación Hopi de Arizona
Mensaje de los ancianes nadadores hopis a los compañeros nadadores,
mensaje del Rulos a los nadadores que él conoce y que también se alejaron de la orilla.

martes, 2 de junio de 2009

Hey, hey , hey!!!

Estoy posteando también aquí.
Los espero.

miércoles, 27 de mayo de 2009

tengo, hago, siento, miro, digo, pienso, guardo, juego, bailo, río, llamo

...tengo un secreto inconfesable, que confieso de a pocos en mi blog

hago lo que me da la gana solo cuando me dejan

siento una nostalgia desde hace mucho

miro a través de un agujerito el mundo que voy a descubrir

digo tonteras cuando estoy borracho

pienso dejarlo todo y empezar de nuevo

guardo una carta de amor de mi adolescencia

juego a las escondidas, pero no encuentro a nadie

bailo hasta hacer un hoyo en el piso

río cuando todos ponen cara de malos

llamo pero tururú, el nñumero al que ha llamado se encuentra temporalmente fuera de servicio.


(*) Ejercicio prestadito de justmuit.blogspot.com Juégalo tú también.

lunes, 18 de mayo de 2009

EVA


Necesito escribir esto antes de que se me vaya del recuerdo, antes de que pase a otra cosa y mi piel lo olvide. Ùltimamente me viene ocurriendo precisamente ello: muchos eventos y tan rápido que se me escapa de entre las manos el tiempo para escribir.
Hace muy pocos días mi alma mater organizó un conversatorio en uno de sus auditorios con quien es, a mi modesto entender, la mejor intérprete de la que contamos en nuestra música, una de las más ilustres embajadoras de nuestra cultura y nuesta raza: Eva Ayllón.
Es verdad que un conversatorio no es un concierto, donde quizás (y con toda seguridad) se deja sentir todo el aplomo y la sensibilidad del artista; sin embargo, no se podía dejar la oportunidad para escucharla...y así fue, pero de ello hablaré más adelante.
Toda la sala estaba ansiosa. Nos mirábamos y esperábamos las cinco de la tarde: hora pactada para el encuentro. Qusiera que en estas letras se pudiera dejar sentir toda la emoción que invadía la sala cuando entró la diva negra del Perú. No se trataba de un concierto, era más bien una sala pequeña, íntima, en la cual se podia percibir su respiración, tan cerca. Eva entró y toda la sala se iluminó. Su presencia era imponente, fuerte, sólida, sensible.
La entrevista empezó; pero no era una de aquellas frías que vienen enlatadas, listas para la televisión. No. Era un acercamiento profundo, íntimo, cálido, a la persona, a sus miedos, a sus proyectos, a sus esperanzas.
Los minutos fueron pasando. Ya éramos todos amigos. No había máscaras. De pronto cantó, y su voz se dejó sentir. Nos dejó un tamalito sellado con una fina estampa sin par. Luego vinieron las Coplas a Fray Martín y un paseo por la alameda de Chabuca.
La reunión terminaba. Nos invadía la nostalgia del fin, y terminó como tenía que ser: hablando muy de cerca con todos, animando, alentando a todos aquellos que vemos en cualquier forma de arte un refugio, una refrescante brisa.
A la siete de la noche, cuando la conversación había terminado, sentía amar la música más que antes, y rápidamente reconocí y que aquel sentimiento era compartido.
Reconocí entonces que estaba impregnado en nosotros su amor por la música, por las cuerdas y pentagramas, y una vez más admití que eso es lo que tiene que hacer un ser humano: dedicarse a aquello que ama, que lo colma, que lo hace feliz. Nada más. No hay medias tintas. Tienes que ser lo que tienes que ser.
Reconocí a una loca que un día, hace ya más de treinta años se decidió, aun con todas las dificultades que ello encierra, a emprender el camino hacia algo que todos tenemos el derecho y el deber de buscar: la plenitud de ser felices, y sentí que en mi camino no iba tan solo como pensaba...
Aquí un video de un selección de tres canciones maravillosas y con unos arreglos muy buenos.

jueves, 7 de mayo de 2009

TRAMPOLÌN A LA NADA


Amanecer
ducha fría, ducha tibia
taxi al vuelo tin tin pague con sencillo tin tin
vale la pena, hazlo nomás
nueve a eme
inhalo
tin tin buenos días
2345678910
2345678910
2345678910
exhalo
enter
papelito y tampón pam pam
gracias
tin tin buenos días...qué tal
2345678910
2345678910
2345678910
gracias tin tin, tin tin, tin tin,
inhalo, respiro, pienso,
tin tin tin tin tin tin tin tin tin tin
uno más, otro más, y otro, y otro
ad nauseam
2345678910 tin tin
respiro, vale la pena??
frescura de la mañana, dónde estás?
A tin tin, B tin tin, C tin tin, D tin 2345678910
pam pam inhalo, dolor de espalda, miradas
miro y me miran tin tin tin tin tin tin
inhalo
sol de mediodía dónde estás?
tin tin respiro tin tintin tin
hacer carrera...tin tin
no pienses, monitor frío, único acompañante.
tin tin
aire!!
tin tintin tin
tin tinnnnn...
tin tin...



Acepto que este post es una pastrulada, por ello mismo, sé que mis amigos pastrulos lo entenderán perfectamente.

domingo, 3 de mayo de 2009

Sana, sana, colita de rana


El primero de mayo llegó con paseo familiar a lugares lejanos llenos de vegetación y esparcirmiento. La idea fue mía y tuve la venia de toda la family. Aunque soy partidario de la playa, el sol, el mar y ,como diría Don Ramón, la chicas en bikini, el contacto con los árboles, el pasto y el verdor es siempre estimulante. Por supuesto, la salidita fue una perfecta ocasión para mandar la dieta por el water, porque entre milanesa con papas fritas, zambitos de lúcuma, pyes de limon, manzanas acarameladas y un largo y prolongado etcetera, debo haber alcanzado los dos o tres fuckin kilos que ya había perdido.

La gracia me costó una grastroenterocolitis aguda; es decir, tener la huacha floja, estar con la bicicleta. Eso de por sí ya es un problema, pero sobre todo si le agregaba que me esperaba un ensayo de teatro que duraría cuatro horas de altos niveles de exigencia.

Antes de entrar al ensayo, me animé a entrar primero al aposento de lo intangible(al fondo a la derecha, como diría el Chavo) para tomar mis debidas precauciones. Ya preparado, me dispuse a empezar a ensayar rogándole a todos los santos que se apiaden de mí, con oracion especial a San Inodoro, por supuesto.

El ensayo duró cuatro horas. El tema: entrenamiento actoral. Para aquellos que no conocen sobre el asunto, el e.a. consiste en la preparación física que recibe un actor a fin de que su cuerpo se vuelva ágil, flexible, elástico, fuerte, vigoroso. Comprenderá entonces mi querido lector que aquello no se consigue con cuatro series de veinte abdominales...ya quisiera.

He estado sacando la cuenta, y caigo en cuenta(sorry por la redundancia) de que debieron ser aproximadamente quinientas abdominales, cincuenta planchas, doscientas sentadillas, más de una hora de estiramiento más allá de mis registros, entre muchas otras cosas. Fuera de ello, experimentamos con el cuerpo, sacándole el jugo a nuestra columna y a nuestras extremidades. Movimientos rápidos, lentos, intentos, precisos y definidos. Al ritmo de la música, era sorpredente cómo el movimiento del cuerpo cobra vida propia y te posee. Te hace suyo. Solo era cuestión de dejar que mi cuerpo sea creativo y se expanda. Poco a poco noté cómo adoptaba posiciones y posturas que nunca se me hubieran imaginado.Tantas, que los seguidores del kamasutra debieran rendirme pleitesía. Mi cuerpo solo fluía, nada más...

El ensayo , como ya antes mencioné duró cuatro horas. Hoy conozco músculos que antes ni sabía que existían, de todo el dolor que me causan. Sin embargo, es curioso, porque ninguno de los males que me aquejaba se asomó siquiera durante todo el entrenamiento. Una vez más confirmé una verdad siempre dicha: el teatro cansa, pero sana. Una vez más mis queridas tablas me recibieron con generosidad sobre ellas, me enamoraron con su dulzura, me cautivaron con su fuerza, me amaron con sus silencios.

Todo el dolor quedó atrás.

Cuando salía del ensayo, sin proponérmelo, llegó a mi mente una canción que me cantaban de niño cuando algo me dolía.


"Sana, sana, colita de rana. Si no sanas hoy, sanarás mañana."


Eso hizo el tetro conmigo una vez más. Me sanó. Me curó.

Sonriendo, me encaminé hacia la salida cantándome la canción que mi amado teatro me había cantado durante cuatro horas...


"Sana, sana colita de rana..."



(*) Aquí un enlace a un video de la canción: http://www.youtube.com/watch?v=Y0iB6xpRk84


domingo, 19 de abril de 2009

AMIGOS GRANDES


-¡Guillermo, pasa ya a la casa que son las dos de la mañana!
-Ya voy
-Que tus amigos sean unos lechuzeros(1) no quiere decir que tú tambien lo vas a ser.

Uno de los recuerdo más vívidos en mi memoria es este. Mamá siempre me recriminaba a causa de que a altas horas de la noche yo permanecía fuera conversando, riendo, hablando, viviendo...escuchando las historias que mis amigos mayores me contaban; historias de ultratumba, historias de amores y desamores, historias de discoteca, de música, playa, sábados por la noche, historias graciosas y anecdóticas. Nada de esto molestaba a mamá, a no ser por el pequeño detalle de que estas-las conversaciones- se extendían largas horas, y no pocas veces nos sorprendía el trinar de algún pajaro impertinente que cantaba el amancer. El hecho de que estas conversaciones se extendieran tanto era un problema solo para mí, y que es-y esta habría de ser una constante en mi vida- todos mis amigos, casi sin excepción, me superaban en edad. Algunos solo un par de años; otros más, unos cinco o seis; una década, en fin... a mí me parecía fascinante poder aprender de ellos y reirme con sus historias mil. Este hecho debe haber marcado tanto mi vida que a lo largo de ella siempre he tendido a llevarme mejor con gente que me aventaja en varios años. Incluso algunos de los que considero mis mejores amigos ya pintan canas, algo incomprendido por algunos, lo sé... y no me importa.


Los años han comenzado a pasar y a pesar, y lo que parecía toda una aventura hoy se torna medio lúgubre. Ocurre que cuando tienes amigos grandes estos suelen ser una gran compañía y un gran gancho que te permite conocer el infinito antes que cualquier chico de tu edad; sin embargo, el correr de los años voltea la tortilla de una manera, yo diría irremediable.

Hoy aquellos buenos amigos que tengo y que hice en el barrio y en otros lugares(2) ya forman partes de otros caminos. Algunos han formado hogares o piensan formarlos, otros tienen hijos, hay aquellos que han decidido partir fuera del país, los hay de los que ya tienen nietos y ocupaciones muchas, los que se han dejado ganar por la rutina del trabajo, por las presiones económicas o por algunas dolencias físicas, olvidando que el remedio está a vista y paciencia de uno. Incluso los hay aquellos que ya no me recuerdan, ni me llaman pese a que yo intento mantener una comunicación. Con cada uno de ellos me unía un vinculo único y muy especial. Con algunos era la música, con otros el amor al cine o a los libros, había algunos con los que Dios era el centro, y por supuesto, aquellos con los que no había que decir mucho, simplemente gozar de su compañía y su sabiduría.

No es que no me quieran o no les importe, será que simplemente las cosas son así, que uno va olvidando a las personas que pasaron por nuestra vida y que suele recordarlas en un encuentro ocasional que termina siempre con un frustrado Nos estamos hablamos.

De todo esto he venido a caer en cuenta hace poco, cuando al llegar la noche (y varias noches) y buscando algo qué hacer encontré mi agenda totalmente vacía.

Quizás sea hora de buscar nuevos horizontes, será bastante difícil para mí: hacer nuevos amigos siempre me ha sido complicado, soy muy lento para eso. De repente va siendo hora de abrir otros círculos, de poner el corazón más duro y olvidarme de tonterías. Quizás es hora de olvidar a mis amigos grandes, que eran también mis grandes amigos.


Quizás va llegando hora de ... qué se yo.


(1) Neologismo bastante antiguo que usaba mamá para referirse a aquellas personas que, a semejanza de las lechuzas prefieren la oscuridad de la noche, a la claridad diurna.
(2) Dícese de aquellos lugares en los que forjé grandes amistades que van siendo diluidas por el correr del tiempo

viernes, 10 de abril de 2009

Los Entrañables

Las promesas se cumplen. De lo contrario, no se prometen. Prometí hablar de ellos, y hoy así lo hago. Es un deber. Cada recuerdo, cada logro, cada lágrima y cada risa está envuelta en su compañía. Es difícil hablar de ellos. Será mejor que la música hable por mí, como tantas otras veces lo ha hecho...

... a mi solo me queda decirles GRACIAS!!!

http://www.youtube.com/watch?v=BBsuu3NjhZY

lunes, 30 de marzo de 2009

SARDINAS ENLATADAS


Desde que tengo uso de razón siempre me ha gustado jugar. Y no me refiero a esos juegos a los cuales los niños de hoy están acostumbrados. Esos en los que te sientas delante de una máquina a engordar, sin más esfuerzo que mover tus dedos lo más rápido que se pueda. No. Tampoco a esos que se dan por medio game boys, internet, nintendo wii, o cualquiera de esas nuevas teconologías a las que es difícil acostumbrarse, agarrarles cariño, pues en cuanto lo haces viene una nueva con mil nuevos botonos para presionar. Los juegos que me gustan son en realidad aquellos en los que se desarrolla tu inteligencia, tu creatividad, tu talento, tu amor por la vida, tu empuje, aquellos con los que te puedes reir de ti mismo sin reservas.
No solo me gusta jugar. Además de ello creo tener un talento especial para lograr que la gente que está a mi alrededor también juegue, regrese a los años de la infancia y saque lo mejor de sí. Lo he hecho desde siempre. Cuando era un colegial, cuando me divertía con "los entrañables"( en alguna oportunidad hablaré de ellos), cuando estuve en la universidad, con amigos de aquí y allá.
Hace poco, con motivo de la partida de la nona decidimos irnos a pasar una temporada a la playa. Creo que era necesario por muchas razones. Uno de los fines de semana en los que estuvimos todos reunidos, mi niño interior, el cual tenía escondido desde hacía algún tiempo volvió a asomar más travieso que nunca.

-¿ Y si jugamos algo?
-Algo como qué?- pregunta el más receloso.( Siempre los hay, pero después son los más felices)
- Sardinas Enlatadas

El solo nombre es de por sí extraño por decir lo menos. Juzgue usted, estimado lector seguidor de este intento de blog, si el siguiente juego es o no para destenillarse de risa. Consiste en las típicas escondidillas, con la pequeña característica de que son el revés. Quien haya tenido infancia recordará que las escondidas tratan precisamente de ello: ocultarse mientras uno de los participantes busca por todos los lugares en los que puede caber un cuerpo humano, a sus compañeritos.
Las "sardinas..." son exactamente lo contrario: solo uno se esconde mientras todo el grupo se pone a buscarlo. Cuando alguien lo encuentra, no lo delata, cual niño acuseto de primer grado; antes bien, se esconde con él, como el cómplice que todos deseamos tener cuando hacemos una diablura, como el compinche más fiel del delito más infame que hayamos hecho, y así sucesivamente hasta que queda solo uno (generalmente el más lorna) desesperado tratando de encontrarlos a todos, escondidos en un mismo lugar.
Debo decirlo honestamente. La experiencia fue fascinante. Todos jugaron, y cuando digo todos es todos: grandes, chicos, altos, bajos, niños, jóvenes. adultos y ...ya entienden. Despues de un rato todos reían a carcajadas, saltaban encima de las camas, se escondían en un armario, subían y bajaban las escaleras. La pena se escondía, pues, avergonzada, derrotada, lacerada por la hilaridad incontenible. Habían regresado por unos momentos a sus más felices recuerdos, a sus más plenos instantes de infancia, cuando no había problemas, ni urgencias, ni apuros, ni obligaciones, ni poses; a los momentos en los que se caen las máscaras para mostrarse tal como uno es.
Tal vez por eso me gusta tanto el teatro, porque te permite entrar en la dinámica más simple del universo: jugar. Siempre deseo permanecer así, jugando, dando rienda suelta a mi niño interior más inquieto. No quiero dejarme nunca acartonar por la rutina de la vida diaria, ni por el trabajo, ni por nada. Realmente no entiendo a aquellos a los que no les gusta jugar, cuando saber jugar es saber vivir, es entrar al ejercicio más elemental: dar y recibir. Dar mucho y recibir con las manos abiertas...como un niño, como el más feliz de todos los niños cuando abre su gran regalo en Navidad.
Quiero permanecer así. Es mi derecho. No deseo ser adulto nunca, nunca volverme serio, adusto, sin brillo, demasiado lleno de mí mismo. Quiero ser eternamente niño y tocar las puertas de los niños escondidos en sus casas. Quiero invitarlos a jugar, a brincar, a reír...solo será cuestión de ponerse a jugar...el resto vendrá por sí solo.

sábado, 28 de marzo de 2009

Volver...


Siempre he escuchado de mucha gente que recuperar credibilidad es casi imposible, que la confanza se gana generalmente con mucho esfuerzo y es resultado de no pocas pruebas; asimismo puede perderse en un minuto, en un segundo, casi como un suspiro, como un rayo, como un gemido, como cerrar y abrir los ojos.

Este breve post lo que busca es precisamente, recuperarme, salvarme del hoyo, renacer como el ave fénix, aunque esto suene trillado. Ocurre que hace ya varios días - y aquí varios tiene una connotación poderosa- que no escribo. No es que no haya nada por contar. Ocurre exactamente lo contrario. Son muchas, demasiadas diría yo. Tantas que se me fue la inspiración, y cuando me sentaba a escribir sobre algo sencillamente no salía nada. Puro vacío.
Hoy me pasa exactamente eso. El pánico de la hoja en blanco, diría García Márquez; en este caso creo que es el pánico del monitor en blanco. Sin embargo, sobreponiéndome a la soledad en la que me han dejado las musas- esas antojadizas que vienen cuando uno no las llama, y al ser requeridas ni contestan el telefono- he decidido escribir sobre ello. No tengo ideas, no viene nada, nada, conjunto vacío, puntos suspensivos, foquito apagado, manan, none, sin ton ni son... en fin, creo que ya captan la idea ... aunque haya mucho por contar.

Este post intenta hacer señales de humo para que las benditas musas regresen y me llenen de luz, de ánimo, de fuerza, de empuje, de creatividad.

Este post es para mandarles un e-mail a las inspiradores para que posen sus manos sobre mí.

Este post es solo para eso... solo para volver.

miércoles, 4 de marzo de 2009

NONA


Es dificil volver a escribir despues de varios días, en especial si esos "días" han sido particularmente complicados o singularmente dolorosos. Es mi caso. Hace varias lunas que deseo escribir sobre lo que siento, sobre lo que hay en mi mente, sobre lo que pienso, sobre aquello en lo que me he convertido en los últimos días, sobre aquello en lo que los últimos acontecimientos me han convertido.

Aún hoy, en este mismo momento se me hace difícil explicar en palabras lo que hay dentro de mí. No sé para quien lo escribo; si para ti, que lees en tu cómoda oficina, o desde tu casa a través de tu laptop, o de repente para mí mismo; para sanar una herida, para cerrar una puerta, para secar una lágrima...

Luego de la dolorosa y repentina partida de la "mamita"(la llamaré así porque todos la conocían con ese nombre) estuvimos revisando entre sus cosas, y entre ropas antiguas, fotos en blanco y negro, viejos artículos cuyo uso será siempre un misterio, encontramos una carta. El remitente: yo mismo. La destinataria: mi abuela. No quise leerla. Apenas pude leer la primera línea. Mamita linda. No podía. No era el momento. Los ojos se me ponían como dos cristales a punto de reventar. No quería. Me empeñé en llevármela a mi dormitorio. Comenté que la destruiría, que la quemaría sin leer. No me imaginaba qué le podía haber escrito, pero pensaba que lo dicho, lo escrito está hecho de una vez y para siempre, que sería doloroso volver sobre mis pasos, y el dolor me da miedo. Me equivoqué. No pude con la curiosidad, con el deseo de querer decirle algo más ,algo que yo mismo no entendía. Es curioso porque la carita ya avejentada por el paso de algunos años me sobrepasó. me sobrecogió poderosamente y causó en mí un gran impacto por muchas razones. Primero, porque a pesar de la sencillez con la que fue escrita y del sabor infantil que dejar sentir fue redactada a mis 16 años, aprox. Segundo, porque me conmovió el cuidado con el que mi abuela la tuvo en custodia; y tercero, porque redescubrí algo que mi querida nona se encargó de repertirme toda la vida: que, con el perdón de mi hermana y de todos mis primos, fui, soy y por todas las vidas que vengan por delante siempre seré, su nieto preferido.

Esa noche, en la soledad de mi habitación lloré. Lloré con mucha intensidad, lloré porque me habían quitado algo que quería tener para siempre, lloré porque porque con todo el dolor propio de una situación como esta, sabía que estaba cerrando un círculo.

Esa noche me quedé sin lagrimas y me alegra que así haya sido, porque al fin y al cabo...


sabía que el dolor ya se había ido a otra parte...


Sentado sobre mi cama, ya sin lágrimas, releí la carta una vez más, intentando descubrirme en ella, sintiendo una absoluta paz.



Mamita linda:

Espero primero que todo que puedas terminar de leer la carta sin llorar...





domingo, 22 de febrero de 2009

Solo te diría...

Si pudiendo llorar
te pudiera alcanzar
lloraría hasta derramar el mar
Si atravesando el desierto
Te pudiera encontrar
comenzaría ya a caminar.
Si buscando en la gente,
en cada rostro, en cada voz
en esa mano que te ofrecen,
en ese abrazo que te estrecha,
te pudiera tener nuevamente
por un minuto, por un instante,
por un fragmento de segundo
Solo te diría...
Me haces tanta falta, tanta falta...

LUIS URETA

viernes, 13 de febrero de 2009

Yo te miro, tú me miras


Yo te miro, tú me miras,


sin dolores ni pesares,


sin proyectos ni horizontes,


sin pasado ni futuro


yo te miro, tú me miras




Yo te miro,


plenitud y profundidad


armonía y comprensión


sin palabras ni susurros


yo te miro...




Tú me miras


sin esfuerzos ni complejos


sin prejuicios ni maldades


a corazón abierto


tú me miras...




Sin tiempo ni espacio


sin mentira o reproche


sin temor ni ansiedad


porque todo está dicho,


porque nunca es bastante


yo te miro, tú me miras.


viernes, 6 de febrero de 2009

El día que yo muera...


Es curiosa la idea que de la muerte tenemos los seres humanos. Cuando algun familiar o amigo parte, la costumbre es vestirnos de negro. Lo hacemos así debido a que por una cuestión cultural entendemos a aquel color como símbolo de tristeza, dolor, pesar... es el llamado "color serio"

No solo eso. La gente suele llorar a mares durante días enteros por la pérdida de aquel entrañable que marcó nuestras vida haciéndola mejor. Es más, antiguamente se contrataba plañideras para que lloraran durante el sepelio las horas por las que fueron empleadas.


Ayer caminaba por las calles de una concurrida avenida y pasé junto a una parroquia en la cual se

"celebraba" una misa de difuntos. El escenario era lamentable, y lo digo honestamente...lamentable. Todos se abrazaban apesadumbrados, desconsolados, llenos de dolor. Por ello coloco entre comillas "celebraba". Eso era cualquier cosa, menos una celebración.

No. No quiero que se me malentienda. No estoy en contra del dolor de la gente. Creo que su dolor es genuino, pero nos deja a todos una gran lección. Y es que una de las razones por las que no sabemos afrontar la muerte, es que tampoco afrontamos la vida. No vivimos en plenitud, en gozo, en alegría. Pasamos de largo sin trascender, sin ir más allá. Por eso la muerte nos pesa tanto.

El día que yo ya no esté aquí no quiero que se me recuerde de esa manera. Quiero estar vivo por siempre. Vivo en la mente. Vivo con mayúsculas. Siempre vivo porque he dejado huella, porque he vivido intensamente, apasionadamente, entregándome generosamente a todo cuanto emprendí, sin medias tintas, sin vacilaciones, con las manos abiertas...


El día que yo me muera quiero que todos vengan vestidos de colores. Con pancartas, silbatos y gorritos. Quiero que la iglesia esté decorada con globos y flores amarillas; las mismas que usamos para recibir el año nuevo. Quiero que una gran banda toque sin cesar canciones de júbilo, de felicidad. No deseo esa canciones que suelen poner para ponerse a llorar. No. Quiero que se vendan algodones y manzanas acarameladas en la puerta, que se coma torta y se hagan juegos. Todos deberan estar con las caras pintadas, como niños. Quiero una feria, con intercambios de regalo y dulces para todos. En el templo quiero mil mariposas de todos los tamaños y colores volando por todas partes, y al salir fuego articiales, y...y piñata y, ...y serpentinas y, .... y todo. No deseo una sola lágrima. Si estas se asoman a los ojos, que sean las de la felicidad porque habré partido feliz, con la seguridad de que viví pleno, que gané el partido, que aproveché el regalo... con la seguridad de que soy inmortal.

jueves, 5 de febrero de 2009

Amor a primera vista


Pocas veces me he enamorado. ¿La razón? Seguramente se debe a que me gustan los amores fuertes, apasionados, intensos, y no los encuentros triviales y pasajeros, aquellos que no tienen nada para dar, aquellos que tienen las manos cerradas, aquellos que la gente suele ofrecer. Con todo, he conocido el amor a primera vista. Sí, existe, y puede ser muy intenso, te puede dejar cosquillas en el estómago, te puede generar una sensación de vértigo y puede volver tu vida plena, total, completa, feliz.

Yo lo conocí a los diecinueve años. Fue una noche de sábado. Centro de Lima. Yo iba vestido un poco más elegante de lo que suele vestir un hombre a esa edad. De pronto lo vi. Entre en él y él entró en mí. Cómodamente sentado en mi butaca presenciaba algo fuera de este mundo, fuera de este tiempo. En escena, Otelo de Shakespeare; el lugar, Teatro Municipal luego del incendio. Era la primera que iba al teatro (es verdad, lo tengo que reconocer), y agradezco que haya sido así, porque ese día me enamore de él, me enamoré perdidamente de sus personajes, de su vestuario, de sus diálogos soberbios.

Hace algunos años ya de eso. Desde entonces he ido muchas veces a verlo. Nos hemos sentado a conversar, he bebido en su compañía, hemos estado desnudos uno frente a otro, sin máscaras. Lo he visto vestido de muchos colores, a veces me ha dejado pensando, a veces me ha hecho reír hasta dolerme la mandíbula; otras he llorado con él, pero nunca me he ido con las manos vacías. Por eso lo amo, lo amo con toda la fuerza de mi vida. Lo amo porque me ha dado mis mejores respuestas. Lo amo porque me ha consolado como nadie lo ha hecho. Lo amo porque ha hecho mi vida algo mejor, algo digno de vivirse y de contarse.

Hay pocas veces en la vida en las que nos enfrentamos a algo que nos cambia para siempre. Esa noche cambié totalmente. Al salir del teatro era otro, había sanado, había crecido, había sido feliz. Esa noche me enamoré a primera vista. Había encontrado mi camino. Mi ruta. La mía, no la de los demás. Era mi horizonte, y agradecí al cielo desde el fondo de mi corazón por ello. Encontré tan joven algo que mucha gente nunca encuentra; y pensando hacia dentro, mientras regresaba a casa, me dije convencido...


"esto es lo que quiero hacer toda mi vida".

miércoles, 4 de febrero de 2009

Alianza Corazón!!!




Nunca he sido muy fanático del fútbol. De hecho, creo que no lo juego bien. Siempre lo he sabido. Tal vez la posición que más me gusta es la del arquero., quizás porque este es una figura especial dentro de un campo de juego, una figura solitaria; es el héroe o el villano, pero nunca pasa inadvertido, para bien o para mal. Con todo, fui heredero de un tradición aliancista familiar. No me pesa. Creo que el club de La Victoria encierra algo más profundo que jugar al futbol; creo que su juego característico es una forma de afrontar la vida, con alegría, con sabor. Hubo una etapa en mi vida en la sufría con las derrotas del club de mis amores y gozaba con cada gol, aquel tiempo quedo atrás. De hace mucho no estoy muy al tanto de lo que le ocurre; es más, hace poco me enteré de que peligraba su permanecia en primera división.


Hace algunos días conversaba con mamá y recordábamos las viejas Navidades.


-Alguna vez llegó una Navidad sin que tuvieras nada que darnos?- le pregunté-, ella me respondió afirmativamente.


Me contó que hubo una en la que, siendo las nueve de la noche, no había un solo regalo de parte de ella para mi hermana o para mí. De pronto, una insperada y feliz visita vino con un pan bajo el brazo, y ella, mi mama, sacrificando un dinero destinado a otros puertos, corrió lo más de prisa que pudo al mercado y compró un balón de fútbol y una camiseta de Alianza Lima. Es gracioso, porque a pesar de todas las Navidades que he pasado recuerdo con especial cariño aquella. Recuerdo la emoción dentro de mí al ver la camiseta blanquiazul. Aun hoy la conservo. La pelota, por su parte, fue testigo de innumerables goles en la pista de mi barrio, claro, no en mi arco, sino en el contrario.


Es gracioso, porque aquella conversación con mama hizo despertar en mi sentimientos de profunda ternura y de absoluto y rendida veneracion al mejor club del mundo. Hoy soy más hincha que nunca de mi ALIANZA LIMA querido... hoy quiero más a mi mamá.


viernes, 30 de enero de 2009

Empiezo el camino...

Hace muchos días una idea ronda por mi cabeza. Da vueltas y vueltas en ella; es como si se hubiera perdido y no encontrara la salida. Da vueltas en círculo y a cada momento se topa con el mismo árbol del espeso bosque por el que anda, perdida...

Con todo, conoce la salida, la conoce desde siempre, es un camino pedregoso, con matas a los costados. Es un camino recorrido por muchos, recorrido por cientos, quizás miles...pero no se decide a emprenderlo. Le da miedo empezar y no terminar. Le da miedo no estar a la altura. No marcar bien el paso, no marcar bien el ritmo. Le da miedo tropezar, y es que el camino puede ser muy largo o muy fatigoso, tal vez no conduce a ninguna parte, tal vez conduce al final del arco iris.

En realidad, solo hay una manera de saberlo, y la respuesta es: EMPRÉNDELO!!!

Esa debe ser la principal razón por la que empiezo este camino, el más largo y difícil...el que conduce hacia mí mismo.